Después de la calma, vino la tormenta

En un mundo de milésimas y pequeños detalles, la confianza en sus propias manos y la montura que conducen es absolutamente clave para cualquier piloto. Y es algo que todos aquellos que debutan en un coche nuevo en 2021 achacaron como razón por haber estado detrás de sus compañeros de equipo en el domingo de Imola.

Ni Sainz pudo con Leclerc, ni Ricciardo con Norris, ni Pérez con Verstappen, ni Alonso con Ocon, ni Vettel con Stroll, ni Tsunoda con Gasly, ni los pilotos de Haas contra sus propios trompos. Esta clara tendencia evidencia que más que una excusa, es una realidad.