Kyocera Moeye, ¿anticipo de lo que nos depara el futuro?

No busquen mandos, ni siquiera escamoteados. No tiene volante, ni pedales, ni palanca de cambio; todos brillan por su ausencia… porque es un coche autónomo de nivel 4. El tablero es una inmensa pantalla táctil y basta en teoría introducir la destinación y que sea lo que Kyocera quiera mientras puedes dedicarse a otra cosa -leer, hablar por móvil, dormir o gozar del infoentretenimiento o ver el paisaje- porque él solito te lleva sólo al destino por el camino más corto y/o rápido.